Fiesta de la Palomita y los Mayos
En el jardín de infancia hemos celebrado con mucha alegría la fiesta de la Palomita y los Mayos. Además de celebrar el esplendor propio de este mes con la naturaleza resplandeciente, también nos acompaña la paloma que representa la luz pura que nos aporta sabiduría cósmica. Como es la fiesta de la luz los niños y maestros vienen vestidos de blanco y bailan en el jardín alrededor del Mayo que se decora entre todos con flores.
Durante las semanas previas, en las aulas de Primaria fuimos vivenciando cuentos, imágenes y actividades que nos ayudaron a comprender el sentido simbólico de Pentecostés: el despertar interior, el entendimiento entre los pueblos, la fuerza que une desde lo diverso. Durante esta jornada festiva, comenzamos diciendo juntos el poema de la mañana, esta vez en diferentes idiomas, en una imagen viva de la diversidad que Pentecostés abraza. También cantamos canciones en varias lenguas, llenando el aire de sonidos que nos recordaban la riqueza de hablar con el corazón, más allá de las palabras. Uno de los momentos centrales fue la narración del cuento de Los trece hermanos, que escuchamos con atención todos juntos, y que nos dejó la imagen poderosa de la transformación interior y la conexión entre todos los seres.
Para cerrar la celebración, decoramos el "maio" con flores frescas, llenándolo de vida, color y alegría. Alrededor de él, cantamos canciones tradicionales de esta festividad de nuestra tierra y tejimos con nuestras voces y gestos la armonía que habíamos cultivado durante toda la mañana.
Mientras tanto, docentes y alumnos/as de Secundaria y Bachillerato reflexionamos sobre los diferentes aspectos relacionados con esta celebración, acogiendo la individualidad de cada uno como parte de la comunidad escolar, y celebrando las diferencias. Como símbolo de este proceso, se formaron varios grupos con el alumnado de diferentes edades para recoger flores silvestres en los alrededores y con todas ellas formamos un hermoso mandala que acogía todas nuestras diferencias y afinidades.
Una celebración que nos recordó que, cuando nos unimos desde el alma, las diferencias se vuelven riqueza y la belleza florece en comunidad.
